martes, 7 de diciembre de 2010

Eternamente

Ayer asistí a uno de los conciertos más bonitos y currados de toda mi vida. Iba ya con muchas ganas de verlos, y salí con una sonrisa en la cara después de disfrutar de hora y media de Depedro.
No era un concierto de bailar, ni de estar en primera fila dándolo todo. La gente muy tranquila, con su copa en la mano, disfrutó del momento, escuchando nota por nota todas aquellas genialidades que lograron transmitir al público.

Desde la primera canción, la cuál realizó Jairo sólamente acompañado por su guitarra acústica, me adentré en otro mundo, en otro ambiente, no notaba que estaba en Segovia, en la sala Joplin (la cuál a partir de hoy cambia de nombre y dueño, tras haber cambiado su estética). Fue extraño al igual de extraño que es su estilo, mezcla de acústicos con sintetizadores, o ritmos mexicanos con potentes solos de trompeta y batería.


Gran grupo, grandes músicos (perfecta la voz, que te deja la piel de gallina durante todo el concierto y más en las canciones acústicas) polifacéticos que se cambiaban de instrumento practicamente en todas las canciones (gran aplauso al tío que tocaba la trompeta, el acordeón, percusiones, guitarra, ukelele, teclado, sintetizadores...) y grandes canciones.

Uno de los temazos de la noche, Equivocado - Depedro
Me dices "tranquilo, lo solucionamos"...

3 comentarios:

  1. La música, si gusta, da igual que sea de bailar o no. Lo importante es disfrutarla.

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  2. jo a mí me hubiese molado ir a verlos, pero ya había gastado mucho para muchachito... bueno, cuando vuelvan, iré. Las fotos son tuyas??

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  3. Solamente la de abajo, la de arriba es made in google xD

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