miércoles, 25 de agosto de 2010


Cogió su cámara y rapidamente se metió en el último vagón del tren que se dirigía al sur.
En su destino se encontraba su vieja vespa, aparcada en el viejo trastero de aquel viejo amigo que conoció en su último año en Nápoles.

Nada más salir del tren ya notaba aquella humedad tan característica que le ponía una sonrisa en la cara.
Recorría sin rumbo las estrechas carreteras plagadas de curvas que atravesaba la ciudad de punta a punta a ras de la costa...

Crosses - José González

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